[ Áreas de trabajo ]

1.1. Singularidad
Entender y valorar la propia dignidad como persona singular, única e irrepetible. Como seres humanos tenemos una dignidad completa e inviolable que requiere un respeto.

1.2. Intimidad
Entender que cada persona tiene un espacio íntimo, propio e inviolable. Esta dimensión es vital para la formación de la personalidad y la mejora como persona. Tenemos derecho a defender nuestra intimidad y el deber de respetar la intimidad de los otros. Esta intimidad se proyecta en diferentes dimensiones: corporal, emocional, de pensamiento, social, espiritual…

Valorar la manifestación de la intimidad en los diferentes ámbitos: la familia, las relaciones de amistad, el entorno digital… Conocer que, en diferentes culturas, los mismos gestos pueden tener significados diferentes.

1.3. Diversidad
Reconocer la dignidad de los otros independientemente de sus circunstancias personales, sociales, económicas, etc. No tener miedo de la diferencia y saber comprender de donde proviene. Valorar y estimar las personas, “sin ninguna distinción de raza, color, sexo, lengua, religión, opinión política o de cualquier otro tipo, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición” (DUDH).

Valorar las aportaciones positivas de todas las culturas o creencias.

2.1. Dignidad
La identidad sexual no condiciona el respecto a la dignidad individual, que corresponde al hecho de ser persona.

2.2. No discriminación
Hombres y mujeres tenemos los mismos derechos y deberes. Valorar los hitos de igualdad conseguidas y analizar las desigualdades todavía existentes. Aprender a detectar y resolver situaciones de discriminación a nuestra sociedad.

2.3. Diferencia
Reconocer las diferencias desde la biología y la psicología. Conocer y valorar los cambios a lo largo de la infancia, adolescencia, madurez. Comprender que estas diferencias no tienen que ser motivo de burla, crítica o insulto.

Ver qué diferencias son una creación cultural o histórica. Entender que algunas cosas que consideramos roles de sexo son simplemente costumbres heredadas de los antepasados.

3.1. Relaciones interpersonales
Reconocer y valorar la necesidad que tenemos los unos de los otros en el propio proceso de mejora.

Cuando interactuamos con los otros somos capaces de aprender cosas nuevas, reconocer nuestras virtudes y detectar nuestros defectos. Reconocer otras maneras de percibir las cosas, expresar las emociones, razonar…

3.2. Gestión de las emociones
Gestionar las propias emociones para conseguir una convivencia pacífica, aprendiendo a interpretarlas y controlarlas. Entender que los otros pueden manifestarlas de diferente manera y en diferente intensidad. Adquirir habilidades necesarias para afrontar conflictos.

3.3. Comunicación
Aprender maneras de tratar con los otros y asimilar estrategias básicas de comunicación, en un marco de respeto, aceptación y educación. Entender que la comunicación con los otros es fundamental para la convivencia.

3.4. Cuidado
Respetar y cuidar la vida de los otros, más allá de sus circunstancias concretas, reconociendo su valor absoluto como persona por el simple hecho de serlo. Descubrir la importancia que tiene proteger los más débiles o vulnerables: enfermos, refugiados, inmigrantes, perseguidos… Valorar su aportación a la sociedad.

4.1. Ámbito familiar
Entender que la familia es el primer ámbito de relación con los otros y que a través de ella se transmiten los valores que fundamentan y sostienen una sociedad, incluidos la igualdad, el respecto a la diferencia, la corresponsabilidad… Fomentar que al ámbito familiar se proporcionen los parámetros y las aptitudes necesarias para la vida en sociedad.

Ver que todas las tareas del hogar y todas las obligaciones familiares tienen que ser compartidas, que no hay tareas exclusivas para cada sexo.

Reconocer el valor de la maternidad y la paternidad, la niñez y la vejez, etc.

4.2. Ámbito laboral
Reconocer, valorar y saber hacer efectiva la corresponsabilidad hombre-mujer en el mundo del trabajo. Encontrar mecanismos que permitan la equidad en el acceso a puestos de trabajo de responsabilidad, en el desarrollo profesional, en la remuneración y en otros ámbitos susceptibles de desigualdades.

Fomentar el trabajo cooperativo y en equipo entre hombres y mujeres, reconociendo que cada uno de ellos aporta una manera de hacer que enriquece el resultado.

Potenciar la conciliación de la vida personal, familiar y profesional, tomando conciencia de la necesidad de la corresponsabilidad de hombres y mujeres en las cargas domésticas, familiares, de cura y profesionales.

Reconocer y valorar la dignidad de cualquier trabajo, remunerado o no, por el servicio que mujer a la sociedad.

4.3. Ámbito social
Valorar el bien común como el principio que tiene que orientar la organización de la sociedad. Asumir los derechos y los deberes derivados de las leyes que rigen la sociedad. Concienciar que el bien común se construye por la participación de hombres y mujeres por igual.

Entender que el objetivo del estado democrático tiene que ser garantizar los derechos y las libertades fundamentales de la ciudadanía y su igualdad ante la ley.

Reconocer, valorar y saber hacer efectiva la corresponsabilidad hombre-mujer en los usos del tiempo: ocio, cura, familia, trabajo, etc.Observar la relevancia actual del tiempo de ocio, como un elemento importante en una época que exige mucha dedicación y tensión en la actividad diaria.

Saber descubrir las necesidades de los otros y hacerse cargo. Valorar y fomentar la solidaridad efectiva con ellos.